Cómo ver los famosos caballos de Viena sin asistir a un espectáculo

Descubre los caballos Lipizzanos de Viena: consejos para acceso entre bastidores y lugares tranquilos para observarlos, recomendados por locales
Cada año, más de 300.000 visitantes acuden a la Escuela Española de Equitación de Viena con la esperanza de ver a los legendarios caballos Lipizzanos. Sin embargo, pocos saben que estos majestuosos espectáculos se agotan con meses de antelación, dejando a muchos viajeros decepcionados tras largos viajes. La frustración va más allá de perderse un evento: es perder la oportunidad de conectar con una tradición vienesa de 450 años que encarna el legado imperial de la ciudad. Padres con hijos desilusionados, parejas que se pierden momentos románticos y amantes de la cultura que no logran apreciar este arte ecuestre único. Aunque las galas nocturnas requieren planificación, hay formas menos conocidas de disfrutar de estos caballos blancos que incluso muchas guías pasan por alto.
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Por qué las sesiones matutinas superan a los espectáculos

La joya secreta de la Escuela Española de Equitación son sus sesiones de entrenamiento matutinas, donde podrás apreciar la belleza natural de caballos y jinetes practicando sus famosas movimientos sin multitudes ni vestuario formal. De 10:00 a 12:00 casi todos los días, los caballos ensayan sus maniobras de alta escuela en la impresionante sala barroca de invierno, el mismo recinto usado para los espectáculos nocturnos. Observarás de cerca cómo los entrenadores guían con paciencia a los jóvenes caballos en sus saltos 'Aires Above the Ground'. El ambiente es más auténtico sin luces teatrales, permitiéndote apreciar la sintonía entre jinete y Lipizzano. Las entradas cuestan una fracción del precio de las galas y rara vez se agotan, aunque llegar 30 minutos antes asegura las mejores vistas desde la galería de pie del primer piso.

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Visitas a los establos que muchos pasan por alto

Para los verdaderos amantes de los caballos, el tour por los establos Stallburg revela lo que los espectáculos no muestran: el cuidado diario de estos atletas artísticos. Estos establos renacentistas del siglo XVI, considerados entre los más bellos de Europa, albergan a los 72 Lipizzanos en pesebres individuales con placas de latón con sus nombres. Los tours matutinos a las 9:00 te permiten ver a los cuidadores trenzar crines y preparar el equipo mientras los entrenadores explican las características únicas de la raza. Aprenderás por qué los potros nacen negros antes de volverse blancos y cómo la personalidad de cada caballo influye en su entrenamiento. Estos establos huelen a heno fresco y cuero, ofreciendo una mirada genuina al patrimonio vivo de Viena. Aunque la entrada general incluye el patio, la visita guiada da acceso a la sala de montura histórica con sus valiosas sillas barrocas.

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Lugares gratuitos para ver a los caballos en su ruta

Los viajeros con presupuesto ajustado también pueden disfrutar de la elegancia de los Lipizzanos con dos estrategias inteligentes. Cada mañana alrededor de las 7:00, los caballos pasean desde los establos hasta el Burggarten, pasando por la plaza Josefsplatz, donde puedes observarlos gratis desde la estatua del emperador José II. Otro lugar ideal es la rampa entre Stallburg y la Escuela de Invierno entre las 9:30 y 10:00, donde los caballos suelen detenerse antes del entrenamiento. Los locales llevan café y se ubican cerca de las rejas de hierro forjado para tomar fotos perfectas cuando la luz ilumina los pelajes brillantes contra la arquitectura barroca. Estos momentos espontáneos suelen mostrar más personalidad que los espectáculos formales, con potros jugueteando con sus cuidadores.

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Combinar tu visita con otros tesoros ecuestres de Viena

Amplía tu experiencia ecuestre combinando la Escuela Española con dos atracciones cercanas que completan la historia cultural de Viena. El Museo de Carruajes Imperiales en Hofburg exhibe magníficos carruajes tirados antaño por Lipizzanos, incluido el dorado de la emperatriz Sisi. A 15 minutos, la Iglesia Agustina alberga el cementerio ecuestre de los Habsburgo, donde se enterraron a sus caballos favoritos. Para un toque contemporáneo, la cafetería Demel sirve el pastel 'Lipizzano' creado para los jinetes, ideal para disfrutar en sus mesas con forma de cabeza de caballo. Visitar los establos antes de las 11:00 deja tiempo para estos lugares, creando un itinerario temático que va más allá de las rutas turísticas habituales y evita las multitudes del mediodía.

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